Así como los lugares son diferentes, también lo son los ambientes. No es lo mismo el bullicio de las calles de una ciudad a la tranquilidad de un bosque.
Por eso es que, para tu tiempo con Dios, el lugar si importa. Aunque el Señor está en todas partes y su presencia va con nosotros a todo lugar, Él nos invita a que tengamos un encuentro diario en un espacio especial… “en lo secreto”
Jesús lo dijo así en el evangelio de Mateo, capitulo seis, verso seis “Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará”.
En este tiempo de ayuno y oración escoge un lugar personal, que sea solo tuyo para tener un encuentro con el Dios creador del cielo y de la tierra. Organízalo de tal forma que sea un espacio sólo para ti, en lo privado y a solas.
Con el tiempo este lugar se convertirá en tu lugar favorito, porque allí hablarás con Dios, le expresarás tus más profundos deseos y también allí se agudizará tu oído para escuchar Su voz.
Desde hoy, convierte este lugar y el tiempo que pases allí en algo especial. Lee la Biblia, lleva una libreta para escribir lo que recibas de Dios, ya sea por medio de un versículo, o de una voz interior, por medio de una reflexión, o porque tengas una idea nueva; al escribirla la podrás recordar y aplicar.
Que sea este también el lugar en el que intercedes por toda tu familia, por los amigos y por las peticiones que tengas de otras personas.
Que este lugar, el que has escogido, sea tan especial que quieras siempre regresar para tener una intimidad con Dios, no solo durante este ayuno, sino que se convierta en tu lugar de encuentro diario con el Señor.
¡Que así sea!
Versículo “Perotú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tuPadre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará”. Mateo 6:6 (NVI)
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